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Del corazón del pastor

Fija tu mente solo en Cristo.

Este mes recordamos el cumpleaños del Dr. Stanley el 25 de septiembre. Él nos enseñó muchísimo acerca de cómo vivir en Cristo, confiar en Él y reaccionar de manera correcta ante las pruebas que se presentan en nuestro camino. Todos necesitamos valor para caminar por el mundo día a día, incluso con el Señor a nuestro lado.

Aquí hay algo que el Dr. Stanley compartió sobre un reto que enfrentó en sus años de juventud y lo que aprendió para el futuro.


Cuando era joven y estaba experimentando el mayor desafío de mi vida hasta el momento, mi madre me dijo: “Quiero darte estos versículos de la Biblia”. Señaló Josué 1.7-9 en su Biblia, donde Dios anima al nuevo líder de los hebreos.

Lo leí varias veces, y para el momento en que salía de casa y me dirigía a la calle, ¡había memorizado el pasaje y podía citármelo! De alguna manera, el Señor grabó esos versículos en mi corazón. 

En las palabras que Dios dirigió a Josué cuando asumió el liderazgo tras la muerte de Moisés, aprendí lo que se convertiría, para mí, en la verdad más profunda de todas las Sagradas Escrituras: Jesucristo es mi vida.

Ahora, tal vez se esté preguntando: “¿De qué manera el mensaje de Dios para Josué nos remite al Señor Jesús?”

Piense en algún momento en el que se haya enfrentado a un gran desafío, un momento que le haya hecho sentirse débil, temeroso o desanimado. Así se sentía Josué. Aunque era un guerrero poderoso, se enfrentaba a la mayor prueba de su vida: guiar a Israel a la tierra prometida. Recordaba cómo el pueblo había querido apedrearlo una vez, y probablemente sintió mucho miedo cuando Dios lo puso al mando de las tribus. Pero el Padre no estaba preparando a Josué para el fracaso. Le trazó un plan para que tuviera éxito. Y ese plan es el mismo que Dios tiene para nosotros.

En primer lugar, si queremos ser fuertes y valientes, debemos confiar en que Dios está con nosotros.

Enfrentemos lo que enfrentemos, debemos ser optimistas y tener confianza. ¿Por qué? Por una sencilla razón: Dios está con nosotros. Prometió estar con Josué “dondequiera que vayas” (Jos 1.9). Y Jesucristo dijo a sus discípulos justo antes de regresar al cielo: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28.20). Nosotros tenemos la misma promesa de Cristo a sus discípulos.

En segundo lugar, tenemos que obedecer.

Hay muchos libros sobre el éxito, pero nadie puede superar este principio: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Jos 1.8). Si queremos que nuestra vida prospere, también nosotros debemos hacer lo que Dios dice. Para ello, contamos con la ayuda del Espíritu de Cristo (Fil 4.13).

En tercer lugar, debemos meditar en la Palabra de Dios.

Necesitamos leer la Biblia y pensar en ella una y otra vez hasta que se convierta en parte de nuestro pensamiento. Entonces, los versículos surgirán en nuestras mentes cuando lleguen los desafíos. El Señor Jesús es nuestro ejemplo; ¿recuerdas cómo citó las Sagradas Escrituras cuando fue tentado en el desierto (Mt. 4.4)? Y nos dio el Espíritu Santo porque Él “os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn 14.26).

En cuarto lugar, debemos evitar las distracciones.

En Josué 1.7, Dios dice: “No te apartes [de la Ley] ni a diestra ni a siniestra”. La clave aquí es la concentración. Cuando Josué no hizo lo que Dios le dijo, enfrentó reveses y fracasos. Si usted quiere tener éxito, no se deje apartar de la instrucción de Dios por la gente, la sociedad o cualquier otra cosa. Haga justo lo que Dios dice.

Por último, si se centra en ser audaz y valiente, seguirá enfocándose en lo que no es.

Fije su mente solo en Jesucristo.

Él le dará su fuerza y poder para obedecer, su presencia para confiar y su amor para animarlo. El éxito requiere “[poner] los ojos en Jesús” (Heb 12.2). Enfocarse en algo más lleva a la derrota.

Las cosas más importantes en su vida son ponerse de rodillas todos los días (esto puede ser una actitud de su corazón si usted es físicamente incapaz de arrodillarse), leer o escuchar la Palabra de Dios y hablar con Él. Cuando estas prácticas forman parte de su rutina diaria, todo lo demás funciona.

Eso no significa que todos sus desafíos vayan a desaparecer, pero sí que podrá mantenerse fuerte y confiado mientras los enfrenta.

Es fácil ser audaz y valiente si todo va como uno quiere. Sin embargo, nunca llegará a descubrir quién es realmente Jesucristo, a menos que atraviese un desafío tras otro que le forme en la fe y le extienda la vida. Al hacerlo, descubrirá que el Señor Jesús es realmente su vida.


Sea lo que sea que usted esté enfrentando, hoy o mañana, oramos para que encuentre alentador este mensaje del Dr. Stanley. Recuerde Josué 1.7-9 y todo lo que el Señor Jesús es para usted cada vez que se sienta presionado, inseguro o temeroso ante una situación. Hasta la próxima, que Dios le bendiga.

Que a Dios sea la gloria,

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