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Del corazón del pastor

Elija seguir al Señor y experimente abundantes bendiciones.

En una ocasión, durante un viaje fotográfico por la naturaleza, habíamos recorrido un sendero durante unas tres horas cuando sospeché que estábamos perdidos. El guía me aseguró que estábamos en el camino correcto, pero mi incertidumbre no desapareció. Saqué mi brújula para comprobarlo, se la enseñé al guía y finalmente me dio la razón: de alguna manera nos habíamos desviado.

Cuando llegamos a nuestro destino, la luz se iba desvaneciendo a medida que se acercaba el atardecer. Me sentí decepcionado por tal vez haberme perdido algunas fotos magníficas.

Quizá alguna vez usted se haya preguntado si iba por el camino correcto. Si tener el guía adecuado era tan importante para un viaje fotográfico, imagínese cuánto más lo es en la vida cotidiana.

Este es un mundo complejo, lleno de obstáculos e ideas engañosas en el camino. Incluso sus propios deseos, sueños y planes pueden hacer que se desvíe del rumbo de Dios. Cuánto mejor es confiar y seguir a su Salvador, que murió para rescatarle del pecado y darle vida abundante (Jn 10.10).

¿Está hoy en el camino que el Señor ha preparado para usted, o ha decidido dirigirse usted mismo?
Uno de mis pasajes favoritos sobre la guía divina es el Salmo 32.8, 9. Contiene una promesa y una advertencia: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti”.
A veces puede parecerle que el camino que tiene por delante es inexplorado; al fin y al cabo, no había vivido antes. Tiene su propia vocación y está hecho a imagen y semejanza de Dios, como todos sus hijos. Sin embargo, no es usted la primera persona que camina con el Señor. Y aunque el mundo ha cambiado, la condición humana no lo ha hecho.
Muchos creyentes fieles le han precedido, y hay mucho que aprender de sus ejemplos (He 12.1, 2). Siempre me ha reconfortado saber que el Señor no se aparta de nosotros en este viaje, y que nos da la compañía de sus santos mientras avanzamos.
Mientras usted y yo estemos en la Tierra, Él estará con nosotros para guiarnos fielmente, llevándonos de la mano en medio de cada circunstancia. Y después, nos recibirá a cada uno de nosotros con los brazos abiertos en su gloria (Sal 73.23, 24).
Para apreciar la bendición que esto significa, veamos cómo Él guiará su vida con amor, si lo sigue.
Dios vela cuidadosamente por usted.
“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos” (Sal 139.1-3).
Dios le conoce mejor de lo que usted mismo se conoce, lo que significa que Él está más capacitado que usted para guiar su vida. Él comprende todas sus debilidades, está familiarizado con cada faceta de su personalidad, y tiene todas estas cosas en cuenta cuando dirige sus pasos.
El Señor siempre elige el mejor camino para usted.
Lo sabemos en nuestra mente, pero a veces miramos a nuestro alrededor y dudamos de que el camino por el que vamos pueda ser el mejor. El sufrimiento, la enfermedad, la pérdida, los problemas, la injusticia y las dificultades no nos parecen buenos. Es entonces cuando debemos recordar las palabras del salmista: “Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos” (Sal 119.71). Incluso en tiempos difíciles, el plan de Dios sigue siendo bueno. Él no le ha fallado.
El Señor escoge experiencias para nosotros que cumplen su propósito eterno de hacernos más como Cristo. La pregunta no es si el camino de Dios es el correcto, sino si confiará en Él en medio de los valles oscuros, los pasajes peligrosos y el terreno áspero. 

Sea cual sea su situación en la vida, el Señor está a su lado, guiándole y fortaleciéndole para que avance en ella.
Dios provee todo lo que necesitará mientras lo sigue.

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” (2 P 1.3).
El Señor le da fuerzas cuando está cansado, esperanza cuando está desanimado, consuelo en la soledad y sabiduría cuando le falta entendimiento. Ningún otro guía puede hacer todo esto, y no encontrará nada de ello en otro camino que no sea el de Dios. La gracia de Dios es suficiente para toda necesidad y situación.
Dios le guía con su Palabra.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Sal 119.105).
Tal vez la razón por la que no sentimos la guía del Señor es porque no la estamos buscando. O tal vez la estemos buscando en el lugar equivocado. La mejor manera de reconocer su dirección es por medio de la lectura constante de su Palabra. Ahí es donde encontrará la voz de Dios, así como las historias ejemplares de los santos que le han precedido.
Cuanto más se familiarice con la Biblia, mejor podrá percibir la dirección de Dios.
El Señor está dispuesto y es capaz de guiarle por el mejor camino si usted presta atención a sus indicaciones y va a donde Él le guíe, pero un espíritu obstinado solo le dificultará el viaje. La clave para seguir a su Señor es desarrollar un espíritu humilde y que pueda aprender, que esté dispuesto a someterse a Él en cada etapa del viaje.
Recuerde, solo Dios conoce el camino. Y Él nunca, nunca le llevará por mal camino. 

Con amor fraternal,

Charles F. Stanley

P.D. Un nuevo año ofrece una nueva oportunidad para decidir crecer en el conocimiento y comprensión del Señor. El objetivo de Ministerios En Contacto es ayudar a los creyentes a crecer firmemente en su fe. Si nos contacta, podemos ayudarle a encontrar recursos para apoyarle mientras descubre la grandeza de su asombroso Dios y Salvador.