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Del corazón del pastor

¿Está preparado para compartir el mensaje de la venida de Cristo?

El nacimiento de Jesucristo no es solo una historia reconfortante o algo que ocurrió hace mucho tiempo.

Importa ahora y es eternamente significativo. 

Este mes, compartimos algunas ideas del Dr. Stanley que esperamos aporten una nueva perspectiva sobre esta parte fundamental de nuestra fe mientras celebramos la Navidad.


A veces, nuestra familiaridad con la historia de la Navidad nos impide ver las lecciones que Dios quiere enseñarnos. 

Hoy vamos a ir más allá de la escena del pesebre en Lucas 2.1-20 para explorar varias aplicaciones para la vida desde la perspectiva de Dios.

Lo que parece carecer de importancia puede tener un significado eterno. 

No era algo inusual que naciera un bebé en Israel. Incluso dar a luz en un establo no era extraordinario. Sin embargo, en este humilde lugar ocurrió el mayor acontecimiento de la historia de la humanidad. El Hijo de Dios vino a la Tierra como un bebé indefenso para rescatar a la humanidad del pecado y la condenación.

Estas consideraciones nos llevan a un principio importante: 

Debemos tener cuidado de no juzgar nuestras situaciones por las apariencias, porque lo que nos parece insignificante puede ser muy importante a los ojos de Dios. 

Él trabaja a través de cada circunstancia en su vida para lograr sus propósitos; cada situación juega un papel importante, ya sea que usted se dé cuenta o no de ello.

A veces Dios usa a los impíos para lograr su divino propósito. 

César tenía autoridad para dictar leyes que afectaban a todo el Imperio romano. Este fue el caso cuando emitió un decreto para que se hiciera un censo de todas las tierras que gobernaba. 

Como todos debían empadronarse en su propia ciudad de origen, José tuvo que viajar con María desde Nazaret hasta Belén porque era de la familia de David, que procedía de allí.

El objetivo de César era enriquecer su imperio mediante los impuestos, pero Dios utilizó a este emperador pagano para cumplir la profecía. Setecientos años antes, Miqueas había profetizado que el Mesías nacería en Belén (Miq. 5.2). El decreto del César fue el medio que utilizó el Señor para trasladar a María y José a Belén, justo a tiempo para el nacimiento del Mesías.

Esta historia nos recuerda que nada puede obstaculizar el plan de Dios. 

A pesar de las decisiones que tomen las personas que no conocen a Cristo, el Señor orquesta todo de acuerdo con sus propósitos eternos. Usted puede experimentar adversidad en esta vida debido a los impíos, pero el Señor ha prometido obrar todas las cosas para el bien eterno de aquellos que lo aman (Ro. 8.28).

Dios actúa a través de personas inverosímiles. 

En aquella época, César era considerado la persona más importante del mundo romano. En cambio, María y José eran una pareja judía aparentemente insignificante con un recién nacido en Belén. 

Nadie habría pensado en ellos como grandes instrumentos de Dios, y sin embargo, Él eligió a María para dar a luz a su Hijo y a José para que los cuidara.

Otro principio que encontramos es que el Señor cumple sus planes utilizando a quien Él elige. Por lo tanto, nunca debe pensar que el Señor no puede usarlo a usted. Tampoco debe subestimar lo que Él puede hacer en su vida si lo obedece. Su responsabilidad es ponerse a disposición de Dios, como lo hizo María. 

No es su posición en el mundo lo que importa, sino su relación con Cristo. Muchos creyentes que nunca fueron reconocidos como grandes en la Tierra serán honrados en el cielo.

Dios revela sus verdades a los humildes. 

Aquel bebé era el Mesías largamente esperado por Israel, pero los únicos a los que Dios se lo comunicó fueron a unos pastores (Lucas 2.8-20). Tras escuchar el anuncio de un ángel y ver una multitud de ángeles que alababan a Dios, los pastores se apresuraron a ir en busca del niño. Una vez que lo vieron, se apresuraron a dar la buena noticia de su llegada a los demás.

¿Por qué eligió Dios a personas aparentemente sin importancia en la sociedad para que fueran las primeras en conocer al Mesías? Quizá porque eran humildes y estaban dispuestos a creer en el mensaje.

¿Podría decirse lo mismo de usted? 

Como los pastores, sea rápido para escuchar y obedecer la Palabra de Dios.

¿Está usted dispuesto a compartir el mensaje de la venida de Cristo? La Navidad ofrece innumerables oportunidades para hablarle al mundo de este maravilloso Salvador, y para compartir lo que Él ha hecho por usted. Después de todo, Él es el mayor regalo que jamás recibirá. Y eso nos da mucho de qué hablar.


Esperamos que estas ideas le den una perspectiva más amplia de la Navidad y de todas las maneras en que Dios actúa en su vida. Incluso cuando se sienta insignificante, hay una gran paz en saber que el Señor le guía providencialmente dondequiera que vaya. Puede que usted sea un mensajero inesperado, pero Dios le ha hecho embajador de su gran amor.

Que este conocimiento le llene hoy de paz y consuelo.

Hasta la próxima, que Dios le bendiga.

Para la gloria de Dios,

Sus amigos de Ministerios En Contacto

P.D. ¡Le deseamos una Navidad llena de bendiciones y alegría! Su colaboración y confianza nos honran continuamente, y tienen la gratitud y los buenos deseos de todos nosotros aquí en Ministerios En Contacto. Gracias por ayudarnos a compartir al Señor Jesús con el mundo.