“¿Cómo puedo ayudarle?”. Escuchamos esta pregunta muchas veces en una semana: desde las personas que nos atienden en la biblioteca o en el banco, hasta nuestro médico en una visita al consultorio. En cada caso, se nos invita a expresar alguna necesidad. Pero no le pedimos al cajero del banco recomendaciones de libros ni al bibliotecario consejos médicos. Y, ciertamente, no le decimos al médico cómo nos gustaría recibir nuestro dinero. Cuando las personas nos preguntan cómo pueden ayudarnos, respondemos expresando una necesidad que sabemos que pueden atender. Eso es lo que sucedió después de que Jesucristo le preguntó a un hombre ciego: “¿Qué quieres que te haga?”.
Ilustración por Vincent Mahé
CONTEXTO
Jesús había pasado tiempo en Tiro, Cesarea de Filipo y Galilea con sus discípulos, haciendo milagros y enseñando sobre el reino de Dios. Ahora se dirigían a Jerusalén antes de la Pascua. Con la entrada triunfal del Señor a solo pocos días, el grupo estaba pasando por Jericó.
Lea
Reflexione
Muchos acudían al Señor Jesús en busca de sanidad física, pero Él sabía que la mayor necesidad que tenían era salud espiritual.
En Marco 10.48, Bartimeo clamó: “¡Ten misericordia de mí!”. La palabra griega traducida como “misericordia” es eleéõ, que significa “tener lástima” o “tener compasión”. A primera vista, parece una simple petición de comida, ropa o dinero, que los indigentes hacían todos los días. ¿Por qué el Señor sospechó que el hombre quería más que una limosna?
Cuando el Señor lo llamó, Bartimeo primero se quitó su capa y luego se acercó a Él. Algunos eruditos creen que este acto simbólico de quitarse la capa representa dejar su pasado atrás. ¿Qué tendría que abandonar Bartimeo una vez que pudiera ver? ¿Hay alguna “capa” que usted deba arrojar para recibir una bendición o la sanación del Señor Jesús en este tiempo?
En Marcos 10.51, el Señor le preguntó a Bartimeo qué quería que hiciera. ¿Cómo revela la respuesta del hombre ciego evidencia de su fe? ¿Qué le respondería usted al Señor?
Atribuimos al Señor la sanidad de Bartimeo, pero Marcos 10.52, dice que la fe del hombre ciego lo había sanado. Considere lo que esto significa para nosotros hoy. Eso quiere decir que, ¿solo se necesita fe para ser sanados? ¿De qué manera la fe nos sana en realidad?
Continuación del estudio
Cristo y Bartimeo no fueron los únicos presentes. La multitud y los discípulos también desempeñaron roles.
Mientras el Señor pasaba por Jericó, sus discípulos y una gran multitud lo seguían. A diferencia de Él, la multitud estaba impaciente por las demoras y las interrupciones. La Biblia dice que “le reprendían [a Bartimeo] para que callase” (Mr 10.48). ¿De qué manera las opiniones de los demás pueden mantenernos alejados de Dios?
Esta era la segunda vez durante el recorrido que el Señor preguntó qué querían que hiciera. Lea Marcos 10.32-45. ¿En qué se diferencia la respuesta de Santiago y Juan de la de Bartimeo? ¿Qué dice sobre la fe de ellos?
Reflexione
Cuando el Señor nos pregunta qué queremos que haga, le gustaría que reconozcamos tanto la profundidad de nuestra necesidad como la magnitud de su gloria.
Lea Juan 9 para conocer la historia de otro hombre ciego que recupera la vista. Los fariseos cuestionaron y acosaron al Señor, supuestamente porque el milagro ocurrió el día de reposo
(Jn 9.14). Sin embargo, lo que salió a la luz fue que no creían en sus afirmaciones de ser el Cristo. ¿De qué manera le ha ayudado el Señor Jesucristo a usted a ver realmente?
La ceguera era un padecimiento físico común en la época de Cristo. Dado que los invidentes no tenían muchas opciones para ganarse la vida, a menudo recurrían a la mendicidad.
El nombre Bartimeo contiene dos palabras: bar, que significa “hijo de”, y Timeo, un nombre común en el siglo I. Esta combinación se ve a menudo en las Sagradas Escrituras: por ejemplo, Simón Barjona, o hijo de Jonás (Mt 16.17).
