Muchos de nosotros recordamos el dicho: “Palos y piedras pueden romperme los huesos, pero las palabras no”. La Biblia nos dice que eso no es verdad. El mes pasado, estudiamos el poder de la lengua y leímos la advertencia de Santiago sobre su potencial destructivo. Se refirió a la lengua como “un mundo de maldad, llena de veneno mortal” que puede prender fuego al curso de nuestra vida (Stg 3.6, 8). Pero, gracias a Dios, este no es el cuadro completo, y este mes exploraremos el lado positivo de las palabras.
Ilustración por Sol Cotti
Contexto
En los primeros días de la iglesia, el apóstol Pablo envió cartas a varias congregaciones cristianas jóvenes. Su propósito era instruirlas sobre cómo vivir de manera santa y agradable a Dios.
Lea
Reflexione
Una vida santa, o apartada, se destaca y refleja al Señor Jesucristo.
Pablo establece un marcado contraste entre dos maneras opuestas de vivir: el camino de la oscuridad y el camino de la luz (Ef 5.6-10). Señala la inmoralidad, la impureza y la codicia que caracterizan el andar en la oscuridad (Ef 5.3). ¿Qué dicen los versículos 9 y 10 que caracteriza al “fruto de la luz”?
El fruto impuro de la oscuridad no debe estar presente en la vida del creyente (Ef 5.3, 12). ¿Por qué cree usted que no solo la acción es importante, sino también las palabras?
Observe que los versículos 1 y 2 hablan de imitar a Cristo, quien fue “ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”. Debemos hacer algo parecido en nuestra vida. Piense en las cosas a las que podríamos tener que renunciar, en especial en lo que respecta a nuestras palabras, mientras “andamos como hijos de luz” (Ef 5.8).
Pablo da algunos ejemplos para motivarnos a usar solo el lenguaje puro que agrada a Dios. ¿Cómo sería hablar con otros creyentes con “salmos, himnos y cánticos espirituales” (Ef 5.19)?
En cuanto a las palabras adecuadas mientras andamos en la luz, Efesios 5.20 repite la importancia de expresar nuestra gratitud. ¿Por qué el agradecimiento es tan fundamental? ¿Cómo el expresarlo con frecuencia ayuda a cambiar su corazón y las palabras de su boca?
Continuación del estudio
¿Qué otro estímulo para el lenguaje agradable ofrece la Biblia?
Las palabras agradables son comparadas con un panal de miel (Pr 16.24). Hable de las experiencias sensoriales que esto trae a la mente y cómo se relacionan con sus palabras.
Lea Efesios 4.29. Dé ejemplos de lenguaje en las categorías de “nocivo” y “edificante”. ¿Puede pensar en alguna ocasión en que alguien le habló con palabras que le comunicaron gracia?
Imagínese su plato de comida favorito con demasiado sabor o una porción excesiva. ¿Qué cree que significa “sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal”? (Col 4.6).
Piense en memorizar Proverbios 15.1, que dice: “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor”. ¿En qué situaciones le resulta más difícil ser amable, y cómo puede aplicar este versículo para ayudarle?
Reflexione
El Espíritu Santo nos ayudará a saber qué decir y la manera de decirlo.
Por su bondad, el Señor nos hizo saber de antemano que un día se nos pedirá dar cuenta de toda palabra dicha de manera imprudente (Mt 12.36). Qué bendición es poder volvernos a Cristo para recibir perdón y cultivar los patrones de conducta y de conversación que son agradables a Dios.