¿Cuál fue el comienzo de Dios? La respuesta asombrosa es que Él no tiene edad, ni principio; nunca ha habido un momento en que no existiera. De hecho, Dios trasciende el concepto de tiempo, mientras que nosotros estamos limitados a vivir dentro de sus confines. Como resultado, no podemos entender la vastedad de su existencia y poder. Sin embargo, esta incomprensibilidad es en realidad un gran regalo: podemos confiar en Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas “mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (Ef 3.20).
Ilustración por Stephanie Wunderlich
Contexto
Muchos pasajes de la Biblia se refieren al ascenso y caída de líderes y reinos, los fugaces años de nuestra vida. Estamos acostumbrados a que las cosas cambien, pero nuestro Dios nunca varía, envejece ni se cansa.
LEA
Reflexione
El salmista utiliza metáforas para ayudarnos a comprender a Dios.
Isaías 40.6, 7, 21-31 es otro pasaje que señala lo que no podemos entender del todo: somos como la hierba o las flores del campo que brotan y luego se marchitan y caen. En cambio, Dios existía mucho antes de que las montañas “nacieran” (Sal 90.2). ¿Qué nos dice esto en cuanto a nosotros y a la absoluta ausencia de límites de Dios?
El Salmo 90.4 dice que mil años para Dios son como un día para nosotros. Por más difícil que sea de entenderlo, recordar cuán interminable parecía el año escolar cuando éramos niños o lo lejos que se sentía la Navidad, nos puede ayudar a entenderlo mejor. ¿Cómo se compara la percepción que tenía en su juventud con la actual? Ahora bien, para tener una idea de la perspectiva de Dios, imagínese multiplicar la diferencia exponencialmente.
Una visión desde el nuevo testamento
El apóstol Pablo, al reconocer a Dios como “eterno, inmortal, invisible” (1 Ti 1.17), expresa palabras de alabanza y adoración, proclamando que al Rey sea “honor y gloria por los siglos de los siglos”.
La respuesta humilde de Pablo a la infinitud de Dios es la adoración. ¿Alguna vez ha tenido usted una sensación de la magnitud absoluta de Dios en su propia vida?
Puede ser difícil enfrentarse al hecho de que en realidad controlamos tan poco en nuestra vida. ¿Cómo reacciona usted ante la realidad de su propia limitación?
Adorar a un Dios eterno frente a nuestra propia finitud puede generar paz y gozo. ¿De qué maneras le ayuda el adorar a Dios conectarse con Él?
Reflexione
El Salmo 90 comienza describiendo a Dios como un refugio para todas las generaciones. Luego, en Salmo 90.14, el salmista le pide que nos sacie de su misericordia, para que podamos cantar y alegrarnos todos nuestros días.
Dios ofrece ser nuestro “refugio”, en otras palabras, nuestro hogar. ¿De qué maneras ha construido usted su vida en el Señor? ¿Cómo le reconforta la idea de Dios como hogar?
Piense en las maneras en que el amor inagotable de Dios le sostiene y satisface. ¿Puede recordar tiempos en que esto ha sido cierto, incluso durante períodos de sufrimiento?
En el versículo 12, el salmista pide que Dios “nos enseñe a contar nuestros días”, para que podamos presentarle un corazón sabio. ¿Qué significa para usted contar sus días?
Considerar nuestras limitaciones a la luz de la inmensidad de Dios es un desafío que vale la pena y que implica una bendición considerable: podemos buscar la presencia de nuestro Dios eterno por medio de la sabiduría y la adoración, y meditar en su abundante provisión de vida y amor.