Pablo escuchó la voz de una madre afligida al otro lado de la línea. Afligida por la muerte de su hijo en una acción militar, había llamado a Ministerios En Contacto, y Pablo fue quien respondió. “No podía entender por lo que estaba pasando, pero sí podía entender su dolor”, recuerda Pablo. “Pude sentir empatía con ella gracias a que tengo una niña. No hice nada por ella, más allá de dejarla hablar”.
Como Director Ejecutivo de Comunicación al Cliente, Pablo dirige un amplio equipo que atiende llamadas y responde correos electrónicos y cartas. Además de supervisar el centro de distribución, donde se reproducen los CDs y DVDs y se envían los recursos a nuestros colaboradores.
“Sigo aquí, porque impactar a una persona de manera positiva es importante para mí”.
Por medio de miles de conversaciones con nuestros colaboradores, surgieron cuatro valores importantes para Pablo y su equipo: empatía, servicio, sencillez y satisfacción. Para aquella madre al teléfono, ser escuchada era lo más importante. “Cuando piensas en el Señor Jesucristo”, dice Pablo, “ves que estaba disponible. Y así es como debemos estar aquí, ¿sabes?”.
Pablo llegó a Ministerios En Contacto en el 2007. Era una de las 10 personas que atendían las llamadas en español. Para mantenerse ocupado, cuando no había muchas llamadas, Pablo comenzó a memorizar los sermones del Dr. Stanley y los Principios de Vida. Eso resultó valioso no solo para su carrera, sino que continuó la trayectoria de su vida espiritual.
“Después de la escuela secundaria, estaba bastante perdido”, dice. Se tomó un año libre, pero fue un tiempo muy improductivo. “No tenía nada que hacer, así que veía mucha televisión”. Y un día vio al Dr. Stanley, traducido al español, en la cadena nacional de televisión de Chile. Lo escuchó decir que no hay accidentes en la vida cristiana, que Dios tiene un propósito para nosotros. “Y yo dije, si eso es cierto, tengo que moverme. Tengo que hacer algo”. Eso impulsó su vida y su andar de fe y, en poco tiempo, se había graduado en la universidad, se había casado y se había mudado a los Estados Unidos.
“Siempre les preguntaba a las personas cuándo habían empezado a trabajar aquí”, dice Pablo al hablar de sus conversaciones con el personal que ya trabajaba en Ministerios En Contacto desde finales de los años noventa. “Y les contaba mi historia para animarlos, porque ellos formaron parte de ella”. En su trabajo diario, Pablo no pierde de vista a la persona que está al otro lado, que lee, mira y escucha. “Puede ser otro yo, ¿sabes? Así que sigo aquí, porque impactar a una persona de manera positiva es importante para mí”.
Visite la página de nuestro 45º aniversario para celebrar con nosotros y ver todas las maneras en que planeamos difundir el evangelio en los próximos días.